Saludos Cordiales,
Regresamos recargados de vitamina D (y de ideas), con una edición que viene más fresca que tú después del puente. 🧴🌞
Gracias por seguir leyendo este newsletter que crece como Excel sin filtros. Nos emociona ver cómo se está armando una comunidad bien activa en LinkedIn que comparte, reflexiona y le entra sabroso a estos temas.
Mención especial a Renato Mejía que nos regaló este comentario que nos hizo el día (y el KPI de engagement). 🙌💬
El propósito de este newsletter es simple:
Que lo que leas aquí, te sirva para trabajar mejor. 🧠💼
Después de unas vacaciones que me tardé en pedir —porque pedir días libres aquí es deporte extremo— regreso con la cabeza más fresca y una reflexión. 🧠✨
En verdad que no valoramos el descanso. Algo básico y humano, pero que en la cultura laboral mexicana sigue siendo un lujo.
Y ojo, que el estrés del equipo muchas veces empieza por el jefe: el que no se desconecta y no da permiso real para bajar el ritmo.
¿Se imaginan si los jefes sí se dieran vacaciones? Otro rollo sería la oficina: más relajada, menos zombies y con mejor actitud para los pendientes. 🧟♂️➡️😌
Mientras me desconectaba del rush, respaldado por mi equipo, al fin pude ver la nueva temporada de The White Lotus. También me tomé el tiempo para leer sin prisas Aquí no hay reglas. 📺📚
Y por eso el newsletter de hoy: por qué deberíamos ver el descanso como una estrategia operativa, no como un premio para los empleados. Invertir en esta cultura nos ayuda a juntar al mejor talento: los que sí cumplen con la chamba, pero que además llegan relajados y con ganas de armar buen equipo.
Porque no solo se trata de dar resultados, sino de hacerlo con buena actitud.
Freedom & Responsibility, como dicen los gringos. 🇺🇸✌️
Nuestra cultura laboral tiene un talento especial para menospreciar el poder del descanso.
Cada vez que vemos noticias de países enteros adoptando la política #4DayWeek, nuestra primera reacción suele ser un clásico: “Eso aquí no pasa… ni va a pasar.”
Nos incomoda pensar que un trabajador mexicano pueda irse un mes entero de vacaciones —como lo hacen en España ¡olé!— cuando aquí con suerte te dan 12 días y solo si tienes un año en la empresa.
Y ni hablemos de pedir esos días sin sentir que eres el raro que “no está comprometido con la empresa”.
¿Será que esta resistencia no es solo cultural, sino un reflejo de esa vieja idea de que descanso es sinónimo de flojera?
Mientras tanto, seguimos corriendo maratones laborales que terminan en oficinas llenas de zombies cansados y poca productividad real.
Así que, si somos los que más trabajamos, ¿será que también somos los que mejor trabajamos? Spoiler: No necesariamente.
Antes de entrar en materia, déjame presentarte a Byung-Chul Han, el filósofo rockstar del momento. 🎸📚
Este pensador coreano-alemán ha sacudido el mundo con sus ensayos incisivos sobre cómo vivimos y trabajamos en la era digital y neoliberal.
En su libro La Sociedad del Cansancio (2010), retrata una realidad brutal: vivimos agotados, quemados, víctimas de un ritmo laboral inhumano. No solo nos explotan en la chamba, sino que hasta optimizamos nuestro tiempo libre. 😰📱
Según Byung, antes vivíamos en la Sociedad Disciplinaria 🏢⏳: con relojes fichadores, supervisores que te miraban con lupa y reglas claritas —“Haz lo que te dicen, cuando te lo dicen, como te lo dicen.”
Pero llegó la modernidad neoliberal y digital, y con ella la Sociedad del Rendimiento 💼🔥. Aquí ya no hay un jefe que te vigile, sino que tú mismo te autoexplotas.
El nuevo mandamiento es “Sé tu mejor versión” 🌟, lo que significa exigirte producir sin parar y, por supuesto, sin permiso para parar.
Y aquí está el problema: descansar en esta sociedad es sinónimo de debilidad o fracaso.
Y entonces… ¿Por qué nos incomoda que alguien baje el ritmo? 👀
Porque el desgaste ya no viene de la vigilancia externa, sino de nuestra propia autoexplotación.
En la cultura godín mexicana es clarísimo:
🦸♂️ El que llega temprano y se va tarde es un héroe.
📧 El que contesta correos en fines de semana, el “team player”.
👽 El que se toma vacaciones sin culpa, un bicho raro.
Descansar se interpreta como “flojera” o falta de compromiso.
Pero esta autoexplotación mata —literalmente— la creatividad, la salud mental y, lo más irónico, la productividad.
El burnout, la ansiedad y la depresión son la nueva normalidad en una sociedad que exige ser positivo y productivo TODO el tiempo.
Han lo dice claro: la depresión es la enfermedad de esta sociedad que quiere ser todo y hacerlo todo, aunque cuerpo y mente ya digan que no dan más. 🧠💥
Cuando alguien decide descansar, rompe ese pacto no escrito y la cultura corporativa reacciona juzgando, cuestionando y culpando.
El debate mundial sobre reducir la jornada laboral se está poniendo intenso, como esa junta donde nadie quiere agarrar la tarea más pesada.
Por un lado, hay países y movimientos que empujan por leyes para trabajar menos horas a la semana —desde la famosa #4DayWeek hasta reducir horas sin afectar salario— buscando mejorar la salud mental y la calidad de vida.
Por otro, hay sectores y negocios que advierten que ese modelo no es para todos: que legislar así podría poner en jaque a ciertas industrias y hasta provocar un caos económico.
En medio de ese tira y afloja, España 🇪🇸 ya bajó la jornada a 37.5 horas semanales, y México 🇲🇽 apunta a reducir de 48 a 40 horas para 2025.
Pero, vamos a ser sinceros, esta discusión no es solo de números ni de dinero 💸.
Va mucho más allá: ¿qué onda con nuestra salud mental? 🧠 ¿Con las condiciones básicas para vivir y chambear como humanos, no como robots? 🤖🚫
Porque al final, apostar solo por la productividad y el crecimiento de la empresa sin cuidar a los colaboradores nos sale caro… y no solo en la cuenta bancaria, sino en la cabeza y en el corazón 💔.
🧠¿por qué nos molesta tanto que alguien quiera trabajar menos?
Byung-Chul Han lo explica sin piedad:
Vivimos en una sociedad donde la autoexplotación se percibe como libertad. Entonces, ver a alguien que no se explota… se siente como una traición.
Esta lógica extrema se vive a todo lo que da en Estados Unidos, la capital mundial de la Sociedad del Rendimiento. 🇺🇸🔥
Ahí, el crecimiento económico ha sido la estrella, pero a costa de la salud pública y la felicidad.
Los números son alarmantes:
🧠 La depresión pasó del 18% al 32% en 20 años.
💔 La tasa de suicidios se triplicó, del 13% al 33%.
💊 El consumo de drogas subió como espuma.
Así lo reporta el New York Times. 📰
Alejandro Cencerrado, físico y analista del Instituto de la Felicidad de Copenhague, lo dice claro: si se redujeran las horas de trabajo, hasta 800,000 personas podrían dejar los ansiolíticos. 💊🚫
Además, un estudio de The European Journal of Health Economics encontró que si todos los adultos argentinos 🇦🇷 durmieran al menos 7 horas por noche, el PIB crecería un 1.27%.
Eso es casi el presupuesto anual de educación y casi cuatro veces lo que destinan a ciencia en Argentina 🇦🇷.
Y ojo, este fenómeno es extrapolable a varios países. 🌎
La lección es clara: descansar no es un lujo, es una inversión estratégica para la salud y para la economía. 💼❤️
Durante estas vacaciones —además de quemarme tantito en Acapulco porque no alcanzó para Sicilia— me clavé en la lectura de Aquí no hay reglas, el libro donde Reed Hastings (exCEO de Netflix) cuenta cómo la empresa dejó de comportarse como oficina tradicional… y empezó a jugar en otra liga. 🏖️📚🍿
Spoiler alert: no lo lograron por arte de magia, ni contratando a un gurú de Silicon Valley. Lo lograron quitándose las reglas. Literal.
Cuando Netflix todavía olía a DVD por correo y el Blockbuster de la esquina seguía lleno los viernes, Reed se dio cuenta de algo: si querían ganarle al gigante, no podían jugar bajo las mismas normas.
¿La apuesta? Armar una cultura donde la gente talentosa tuviera tanta libertad que se viera obligada a actuar con responsabilidad. Lo llamaron:
Y suena bonito, pero ¿cómo lo lograron?
📌 Paso 1: Contrata solo talento top
📌 Paso 2: Quita los controles
📌 Paso 3: Habla sin rodeos
📌 Paso 4: Lidera con contexto, no con control
🧳 ¿Y las vacaciones ilimitadas?
Sí, y de verdad. Si alguien se quiere ir un mes, que se vaya. Si necesita dos días la próxima semana, también. Mientras el trabajo salga y el equipo esté alineado, la libertad es total.
¿Y el resultado? 💥
En 2024, Netflix superó por primera vez los $10 billones de dólares en ingresos.
Mientras tanto, Blockbuster se declaró en bancarrota en 2010. 💀📼
Para eso te traemos una joyita: nuestro nuevo episodio de El Consultorio, el podcast de HD*, donde Jose Pinheiro, Adrián Ladrón de Guevara y Jaime Lastra (sí, nuestros consultores más top) se armaron un círculo de lectura con café y mucha sabiduría organizacional.
🎙️ En este episodio hablamos de:
👉 Escúchalo aquí antes de que RH te vea y diga que estás perdiendo el tiempo:
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