de 2051

Saludos Cordiales
Dr Do - News

Labubu vs Mickey Mouse: Un caso de Innovación

Un caso real de innovación de una empresa china y que le está quitando la corona a Mickey Mouse.

👋 Esta semana arrancamos con una noticia que nos llena el corazón: el proyecto de comunicación interna que co-creamos con el equipo de Nestlé fue reconocido con el Premio AMCO.

Gracias a cada persona que se atrevió a jugar, retarse y convertir un glamping en Polanco… en una experiencia inolvidable. 🏕️✨

Y como aquí nos encanta hablar de innovación real:
Hoy te traemos el caso de un peluche que le está quitando la corona a Mickey Mouse. 👑🐰

Dr Do – Human Design Doing

📝 Convocatoria cordial

Estamos preparando una edición sobre la Filosofía del Error y queremos construirla contigo.
 

¿Te has equivocado en el trabajo y aprendiste algo valioso?
💬 Cuéntanos tu historia anónima aquí → Cuenta el chisme

PD: El Dr Do se va a echar una vacacioncita. Volvemos en dos semanas con aprendizajes y metidas de pata nivel senior. ✌️

LABUBU 🆚 MICKY MOUSE

Hace unos años, si alguien te decía que una empresa china de juguetes iba a competir con Disney por el trono de las industrias culturales… seguro pensabas que estaba bromeando.

Pero aquí estamos:

Pop Mart, una compañía que arrancó vendiendo figuritas de arte en un centro comercial de Beijing, hoy vale más que HasbroHello Kitty, y Mattel juntas. Y lo más interesante: le están pisando los talones a Disney y Nintendo.

¿Cómo lo lograron?

Con una sola criatura: Labubu, un peluche con orejas de conejo, sonrisa espeluznante y corazón de oro… o mejor dicho, de vinil suave. 🧸

📈 Un fenómeno cultural, no solo comercial

 

Labubu pasó de ser un peluche a símbolo de la GenZ.

💸 Pop Mart aumentó sus ingresos globales más del 200% en la primera mitad de 2025.

📦 Para dimensionar el despegue:

En 2024, Pop Mart apenas producía 3 millones de Labubus al mes. Hoy, la fábrica está en modo turbo: ya produce hasta 50 millones de peluches al mes 🏭🐰.

En el primer semestre de 2025, se volaron 670 millones de dólares en ventas, superando lo que generan juntas Barbie y Hot Wheels 🚗👱🏻‍♀️.

Ah, y el dato que emociona a cualquier equipo de expansión internacional: casi el 40% del negocio ya viene de fuera de China. Pop Mart está conquistando mercados occidentales. 🌏💸

Y si te estás preguntando por qué hablamos de peluches en un newsletter de liderazgo, innovación y cultura organizacional… justo ahí está la magia.

En esta edición de Saludos Cordiales te vamos a contar el chismecito empresarial detrás de por qué Pop Mart se ha vuelto un caso recurrente en Harvard Business Review.

Y qué podemos aprender de su modelo de innovación ágil, emocional y profundamente conectado con las nuevas generaciones.

Comentario Cordial: tiene más que ver con tu equipo de trabajo de lo que crees.

🐉 Labubu: Su origen emprendedor a gigante asiático

 

Pop Mart nació como una tiendita en un centro comercial de Beijing, en el 2010.

Este emprendimiento empezó vendiendo de todo un poco: gadgets, ropa y juguetitos para jóvenes con buen gusto y poco presupuesto.

Dicen que el fundador, Wang Ning, colgó él mismo las repisas y armó los muebles.

No empezó con millones en capital ni con un MBA de Stanford; empezó con una caja de herramientas, una idea y hambre de crecer.

Pero lo que parecía otra tienda hipster con juguetes “de nicho”, escondía un potencial brutal: observar en tiempo real lo que hacían sus clientes y ajustar la jugada sin tener que gastar en consultores caros ni PowerPoints con 70 slides que nadie lee.

Lo primero que notaron fue oro puro: la gente se estaba llevando sin pensarlo unas figuritas japonesas llamadas Sonny Angels, angelitos encueraditos de 3 pulgadas que venían en cajas sorpresa.

IG: @sonnyangel.usa

Sí, esas cajas misteriosas donde no sabes qué versión te va a tocar hasta que las abres —el gacha, pero cute.

Y como toda buena historia de innovación, la suya empezó con un copy‑paste bien hecho.

Wang Ning se dio cuenta de que un tercio de las ventas venían solo de ese producto.

Así que, junto con su socio Si De, fueron a buscar a la empresa japonesa para negociar un deal exclusivo en China. ¿Y qué les dijeron? Que “mejor no, joven”.

¿La respuesta? En vez de deprimirse con un té de jazmín, decidieron jugársela.

Si los Sonny Angels no eran opción, ellos crearían sus propios personajes. Con carisma, diseño original y mucho misterio.

Y así nació la fórmula mágica de Pop Mart:

🎨 propiedad intelectual propia + 📦 cajas sorpresa + 🤯 un ritual coleccionista que genera obsesión.

En 2016 firmaron con su primer artista, Kenny Wong, y comenzaron a producir figuras como Molly, una muñeca de cara seria y labios fruncidos. Fue un éxito. Pero todavía no sabían lo que se venía.

🎩 Entra a escena: Labubu.

Un personaje sacado de un cuento infantil oscuro, con orejas largas, sonrisa puntiaguda y un aire raro entre demonio y duende.

Creado por el artista Kasing Lung de Hong Kong, Labubu fue el primer personaje en pasar de ilustración a figura 3D. Las primeras ediciones fueron pintadas a mano. En serio.

Lo que siguió fue una tormenta perfecta de deseo digital, hype de nicho y timing impecable. Pop Mart no solo vendía figuritas. Vendía estatus, comunidad y emoción en estado puro.

En 2023 dieron un giro clave: los llaveros Labubu de vinil suave con cuerpito peludo, una mezcla entre juguete, accesorio de moda y objeto sagrado para la generación TikTok.

IG: @kasinglung

Para 2024, celebridades como Lisa de Blackpink, Madonna, Lady Gaga y Rihanna ya posaban con Labubus en pasarela, conciertos o cumpleaños.

En Tailandia, se volvió embajador turístico.

En Londres, hubo peleas por conseguirlo.

Y en China, miles se pelean en grupos de WeChat por ganarse un lugar para quizá poder comprar uno.

🎯 ¿El resultado? Pop Mart vendió 670 millones de dólares en productos Labubu en solo seis meses de 2025, más que lo que vendieron Barbie y Hot Wheels combinados en el mismo periodo.

La compañía ya vale 46 mil millones de dólares, sólo por debajo de dos gigantes: Disney y Nintendo.

Hoy tienen más de 400 tiendas solo en China, un parque temático en Beijing llamado Pop Land, líneas de ropa, cafés temáticos y una serie animada en producción.

Y lo más interesante es que, en este camino, no lanzaron una sola película para posicionar su personaje.

El hype nació en comunidades digitales, y fue amplificado por el diseño y los rituales que supieron activar con maestría quirúrgica.

Pop Mart está haciendo lo que las grandes marcas llevan décadas intentando: convertirse en un fenómeno cultural sin depender de Hollywood.

Y lo logró con algo que no habla, no actúa y ni siquiera baila en Fortnite: un conejo de vinil con peluche, que se coló al club VIP de los íconos globales… directo desde WeChat, Shopee y TikTok.

Nada de estudios de grabación ni campañas multimillonarias.

🎤 Wang Ning, el CEO de Pop Mart, comparó su modelo con las empresas Legacy:

“Disney usa películas para conectar con consumidores, cultivar fans y construir sus IPs. Nosotros lo hacemos con art toys.”

Y parece que le está saliendo bien.

Un Labubu original cuesta $30 USD en tiendas oficiales, pero en mercados alternativos —al menos en China— puede duplicar su valor y llegar a $110 USD, como si fuera un NFT con orejas peludas.

No es broma: Forbes lo puso en el Top 10 de los más ricos de China.

analistas de Goldman Sachs —sí, el tiburón financiero por excelencia— ya comparan a Pop Mart con marcas como Disney o fenómenos K-pop. Así de lejos ha llegado el peluche de mirada inquietante.

Por primera vez en la historia reciente, una empresa china no solo compite, sino que está a nada de igualar el impacto cultural global de las grandes marcas que definieron el siglo XX. Y todo comenzó con figuritas de vinil en cajas sorpresa.

💡 Y esa, queridas y estimados lectores, es la clase de innovación que vale la pena estudiar.

☠️ Innovar o Morir

 

Sí, suena dramático. Pero también es el mood realista que nos está gritando el mundo desde hace rato.

Mientras tú lees esto, empresas legendarias están desapareciendo no porque dejen de vender, sino porque dejaron de inventar. O lo que es peor: dejaron de intentarlo.

Este año, la Academia Sueca de Ciencias le dio el Premio Nobel de Economía a tres cracks —Joel MokyrPhilippe Aghion y Peter Howitt— por explicar algo que en el mundo laboral se siente como intuición, pero que ellos convirtieron en teoría económica:

La innovación es el motor del crecimiento.

💡 Y más que eso: es una condición de supervivencia.

¿Quieres que tu empresa siga viva en 10 años? Entonces, más vale que esté inventando algo ahora mismo.

Los Nobel lo explicaron así de claro:

Cuando una nueva idea entra al mercado (como los Labubus), rompe el ciclo de lo viejo (como Barbie o Mickey) y crea una nueva categoría.

Es un fenómeno que llamaron destrucción creativa.

Una idea que, por cierto, ya había adelantado Schumpeter y ahora vuelve con fuerza en plena era de la inteligencia artificial, la automatización y el aburrimiento de oficina.

📉 Kodak, Nokia, Blockbuster…
📈 TikTok, OpenAI, Pop Mart.

Es el ciclo natural del capitalismo.

Y como diría Yuval Noah Harari, el sistema está diseñado para premiar el progreso continuo, con la fe ciega de que el mañana puede ser mejor que hoy.

El historiador israelí lo explica con claridad:

“El crecimiento económico es el bien supremo del capitalismo. Y la única forma de alcanzarlo es a través de la innovación.”

Así que sí, Godín. Por si aún te preguntabas por qué RH no aprueba tu presupuesto sin un slide que diga “crecimiento proyectado del 20%”… aquí está la razón histórica, filosófica y económica.

📊 Porque vivimos en un sistema que no premia la estabilidad, premia el cambio con retorno.

Y ese cambio no siempre se ve como una patente o una IA.

A veces es un peluche.

O una forma distinta de trabajar.

O una idea que alguien del equipo se atrevió a defender en medio de una junta de Zoom.

💬 En la encuesta de la semana pasada en Saludos Cordiales, más de 30 lectoras y lectores respondieron si consideran que su equipo es innovador. Y aunque la mayoría dijo que sí, también hubo quienes dijeron:

“Lo intentamos, pero la empresa no ayuda.”

Y ahí está el punto.

No es falta de ideas.
Es falta de sistema para hacerlas posibles.
Y eso también es parte del juego de innovar: convencer a tu equipo de que tu idea vale.

Por por ahora, quédate con esto:

💸 En un mundo capitalista, innovar no es opcional. Es el plan de pensiones de tu empresa.

Dinos si este peluche merece 5 estrellas o lo mandamos a revisión de RH. 🧸

PODCAST 🎙️

Ep 78 T3: El arte de culpar 👉: victimismo laboral 😬

 

¿Eres de los que cree que siempre hay alguien a quien culpar? 😤 El jefe, el sistema, la empresa… menos tú 😬.

Oh, oh… estás infectado 👀.
El 🧟‍♂️ zombie victimista vive en ti.

Mira cómo ayudamos a empresas como la tuya a mejorar su seguridad digital. 🚀

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