🌟 Saludos Cordiales 👋
La semana pasada nos tomamos un break involuntario y no salió el newsletter (sí, también nos pasa… 😅). Pero tranqui: venimos recargados porque estamos preparando ediciones muy buenas para las próximas semanas. 🚀
Y justo hablando de pausas inesperadas… el tema de hoy no podía estar más ad hoc. Seguro ya escuchaste el chisme corporativo de la semana:
Nestlé acaba de despedir a su CEO global. La junta directiva no solo perdió la confianza por decisiones de negocio, sino que se enteró —vía los mecanismos internos de denuncia— de un affair romántico que complicó la gobernanza. 🎭
Más allá del morbo, lo interesante es cómo un movimiento así puede sacudir la estabilidad de una empresa gigante. Y aquí es donde entra el tema de hoy: la sucesión de liderazgo.
Porque cuando la silla grande queda vacía, todo se vuelve un caso de “quién se queda con la rosa”… pero versión Consejo Empresarial. 🌹🏛️
Septiembre huele a café recalentado y a regreso total a la rutina. ☕
Ya se acabaron las escapadas de verano, y en la oficina se siente la presión:
📊 cierres de Q3,
📈 planeación de Q4,
y juntas eternas donde todos hablan del futuro… pero pocos mencionan el tema incómodo: la sucesión de liderazgo.
Cuando un CEO se va, cuando un C-Level decide soltar la silla, la empresa entra en modo suspenso. 🎭
Y claro, cuando llega “ese momento”, la transición termina siendo más parecida a Cuna de Lobos que a una estrategia de negocio.
Resultado: drama, incertidumbre… y un talento que se queda viendo desde Recursos Humanos cómo el capítulo se alarga sin final feliz.
El problema es que la sucesión sigue siendo un tema poco hablado. Nadie quiere ponerlo sobre la mesa porque incomoda. Pero cuando ocurre, ocurre con todo: cambios fuertes, fuga de líderes, choque cultural y hasta pleitos familiares que ni Televisa se animaría a escribir.
👉 Y justo aquí es donde entra la historia de hoy.
Una empresa mexicana que sí logró lo que muchas aspiran: traspasar el liderazgo tres generaciones seguidas sin que la trama se les descompusiera.
Hablo de Coppel.
Sí, la misma de los abonos chiquitos y la cercanía con la clase media mexicana. La misma que hoy tiene a Diego Coppel como su nuevo Director General, representando a la tercera generación familiar al mando.
Un caso que merece la pena contarse, no sólo como anécdota, sino como ejemplo práctico de que la sucesión no tiene por qué ser tragedia corporativa.
🎙️ BTW: En el podcast El Consultorio analizamos el cambio y rebranding de Coppel (Vale la pena escuchar)
Los Coppel
Hay empresas que parecen telenovela… pero con menos villanos y más abonos semanales.
Una de ellas es Coppel. Sí, la de los pagos chiquitos y la tarjeta amarilla que todos hemos visto.
Lo que pocos saben es que la historia arranca en Polonia del siglo XIX, con un señor llamado Isaac Kopel Kolchevski.
👉 Huyó del ejército ruso.
👉 Persiguió la fiebre del oro en California.
👉 Terminó en Mazatlán, donde abrió una zapateria que se volvió famosa como “La Bota de Oro”.
Para finales del XIX, los Coppel ya eran un apellido próspero en el puerto. Y mientras México vivía pestes, revoluciones y guerras mundiales, la familia se las arreglaba para seguir haciendo negocios.
El giro real llegó en 1940 con Luis Enrique Coppel Tamayo. A los 17 años abrió “El Regalo”, una tienda que vendía ceniceros y floreros.
Después sumó ropa, radios, bicis, muebles y… 💡 la idea que lo cambió todo: vender a crédito en abonos semanales.
Así nació la fórmula que conquistó a una población mexicana con problemas de liquidez en aquel entonces.
De “El Regalo” pasó a Comercial Coppel. Y de ahí al símbolo de la llave que entró a millones de hogares.
🔑 Fun fact: El logo no salió de un brief de agencia en Polanco. Se inspiró en las llaves que abrían los roperos que Coppel vendía, muchos de ellos traídos de fábricas en Jalisco. Literal: el branding venía incluido con el mueble.
Para 1970, Coppel ya era un nombre fuerte en Sinaloa. Pero todavía sonaba a negocio local, no a monstruo nacional.
Ahí entró en escena Enrique Coppel Luken, hijo mayor de don Enrique. Regresó del Tec de Monterrey con obsesión de ingeniero: modernizar la operación ⚙️.
En 1972 hizo lo impensable para una tienda departamental mexicana:
💻 Metió sistemas de cómputo en los puntos de venta.
💳 Lanzó la tarjeta de crédito Coppel.
Mientras otras cadenas seguían con libretas y sumas a lápiz, Coppel ya automatizaba sus cuentas. Hasta fueron pioneros en usar código de barras en catálogos.
El ADN innovador estaba sembrado.
Y en 1980 llegó el siguiente gran paso: la primera tienda fuera de Sinaloa, en Ciudad Obregón, Sonora.
En 1981, don Enrique padre hizo lo que muy pocos fundadores mexicanos logran: ceder la estafeta sin drama. Enrique hijo asumió la presidencia del Consejo y arrancó una etapa de crecimiento agresivo.
📈 De 22 tiendas en 1989 pasaron a 50 en 1999.
📦 Se construyeron centros de distribución en Sonora y Sinaloa.
⚡ La logística se convirtió en motor de expansión. Los 90s y 2000 fueron el equivalente a ponerle turbo al carrito de Coppel. La estrategia era clara: crecer, crecer y… sí, crecer más.
📍 Tiendas en cada esquina.
📦 Centros de distribución para mover inventario como reloj suizo.
💳 Crédito accesible para enganchar a millones de clientes.
El movimiento estrella llegó en 2002, cuando compraron la mítica Calzado Canadá. No solo se quedaron con la fábrica, también con su red de sucursales en todo México. Eso los catapultó a otra liga.
Para 2006 ya tenían más de 300 tiendas departamentales. Un año después, el número se disparó a 580 puntos de venta en 34 ciudades y 15 estados. La plantilla rebasaba los 40 mil empleados y las ventas rondaban los 30 mil millones de pesos.
👉 Coppel ya no era la tienda de abonos chiquitos. Era un corporativo de verdad, compitiendo directo contra Elektra y Liverpool.
Y en medio de ese boom, llegó otro momento clave: la segunda gran sucesión.
En 2007, después de 25 años al frente, Enrique Coppel Luken pasó la estafeta a su hermano menor, Agustín Coppel Luken.
El cambio fue todo menos dramático.
Enrique se quedó en el consejo como “mano derecha”, garantizando continuidad. Agustín, con 43 años, tomó las riendas y refrescó al equipo directivo. La transición fue suave, otra rareza en empresas familiares mexicanas.
Bajo su liderazgo, Coppel dejó de ser sólo retail. Con BanCoppel, la Afore y la hipotecaria, el apellido empezó a sonar también en los pasillos de las finanzas mexicanas.
La era de Agustín Coppel Luken marcó un punto de quiebre. Ya no se trataba solo de abrir tiendas y vender a crédito. Ahora la jugada era diversificar, innovar y profesionalizar.
👉 Crearon BanCoppel.
👉 Lanzaron su propia Afore.
👉 Compraron una hipotecaria.
👉 Y hasta soñaron con crecer en Brasil y Argentina.
Pero quizá lo más valioso fue la visión de largo plazo: invertir en la siguiente generación de líderes. Porque Agustín entendió que para sobrevivir no bastaba con tener apellido Coppel. Había que institucionalizar, capacitar mandos medios y apostar por tecnología.
Hoy en día, Coppel es un retail difícil de dimensionar:
📦 27 centros de distribución (y 5 más en camino).
🚛 Una flotilla de casi 3,000 vehículos.
👩💻 Un equipo de 200 expertos en ciencia de datos.
🛒 Más de 1,000 personas dedicadas solo a e-commerce.
Los números marean: 250 mil millones de pesos en ingresos anuales, lo que los convierte en la empresa privada más grande de México y el segundo retailer más grande del país (solo detrás de Walmex). En diciembre, venden en un mes lo que en otros les toma tres.
La familia también se distribuyó bien los roles:
🔹 Rubén en el banco.
🔹 Susana en la fundación.
🔹 Y Diego como CMO (Chief Marketing Officer), el responsable de las famosas campañas con JLo en Coppel.
Ahora, en 2025, la historia da otro giro: el sobrino de Agustín Coppel se encargaría de la tercera generación al frente del corporativo. Diego Coppel recién fue nombrado nuevo Director General de Grupo Coppel.
El anuncio vino acompañado de un rebranding: la clásica llave se transformó en tres círculos minimalistas. El mensaje fue claro: la nueva era será digital.
Lo más impresionante de la saga Coppel no son solo las ventas o los miles de camiones circulando por todo México.
Es que, a diferencia de muchas empresas familiares en el país, han logrado tres generaciones de liderazgo exitosos. Cada relevo fue planeado, ordenado y con visión de largo plazo.
En un mercado donde la mayoría de las compañías familiares se atoran en la sucesión, Coppel es un caso raro: un ejemplo de gobernanza empresarial y gestión de cambio bien ejecutada.
📚 Lectura recomendada:
Si quieres ir más allá del “abonos chiquitos” y conocer cómo los Coppel armaron un legado de tres generaciones, échale un ojo al libro Familias Empresariales en México de María Eugenia Romero Ibarra.
CUANDO LA SILLA GRANDE SE QUEDA VACÍA 🚪
Un día pasa lo impensable.
Ese Director de Finanzas que todos veían como sucesor natural del CEO anuncia que se va. Nadie lo veía venir.
En RH abre el Excel de “posibles nombres”… y el silencio incomoda: nadie parece listo. Resultado: headhunter urgente, meses de adaptación y un externo que todavía no entiende la cultura.
La sucesión suena bien en presentaciones. Pero en la práctica suele quedarse corta. Mucha evaluación, poco desarrollo. 📊 Y cuando llega el momento de cubrir un rol crítico, la empresa descubre que no hay nadie preparado para dar el salto.
Los números lo confirman.
En 2024, 2,221 CEOs dejaron sus cargos en EE.UU. (+16% vs. 2023). De esos reemplazos, 44% fueron externos, el nivel más alto desde 2000.
El 75% de las empresas presume que prefiere promover talento interno. Pero cuando les preguntas a los de RH —los que deberían tener la lista secreta de sucesores— menos del 20% dice que de verdad tienen a alguien listo.
El problema no es la falta de talento. 🌱 El reto es cultivarlo.
Durante los últimos años se recortaron capas de gerencia media que eran el semillero natural. Los boards ahora son menos pacientes: un CEO que se equivoca dura dos años, no cinco.
Y las nuevas generaciones lo tienen claro: ¿para qué pasar 15 años en la misma empresa si mañana puede haber un recorte masivo?
El resultado es una tormenta perfecta 🌪️:
🔄 Rotación alta en la cima
🪫 Pipelines debilitados
🎓 Menos oportunidades de formación
🚀 Jóvenes que ya no ven la carrera corporativa como la ruta obligada al éxito.
Por eso esta conversación no es solo de RH. Debería estar en el Consejo Empresarial. Porque hablar de sucesión no es solo llenar vacíos: es hablar de sostenibilidad a largo plazo. 🏛️
La salida no es mágica, pero existe. Reconstruir la escalera interna. Invertir en desarrollo, mentoring y coaching.
Diseñar estructuras que permitan crecer sin atajos. Y, sobre todo, tener paciencia para que el talento florezca. Porque más que falta de talento, lo que escasea son organizaciones dispuestas a formarlo con intención.
EL CAMBIO DE ESTAFETA SIEMPRE ES DELICADO 🔑
En unas empresas pasa de forma natural a los hijos, como si fuera herencia. En otras, se abren paso Consejos Administrativos con gente ajena a la familia.
Los ejemplos sobran: Mars, Channel, Enterprise o Aldi siguen siendo descendientes de los fundadores. Rolex, en cambio, pertenece 100% a una fundación creada por Hans Wilsdorf.
Y claro, también están los casos que parecen más guión de telenovela que estrategia empresarial. 🎭
En Durango, el Grupo Garza Limón —telecomunicaciones, medios y alimentos— vivió un drama de sucesión que lo dejó tambaleando. El fundador, Ricardo Garza, contrató a un consultor para un 360° de liderazgo. Evaluaron 10 perfiles, incluidos sus dos hijos: Ricky (38 años) y Luis (33 años).
El veredicto fue claro: ninguno estaba listo. La recomendación fue traer un CEO externo y apartar a los hijos del Consejo para evitar conflictos. Ricky necesitaba reforzar liderazgo y comunicación; Luis, formación avanzada en finanzas.
Pero el fundador no cedió.
Los hijos se quedaron en el Consejo y pronto se sintieron más jefes que el propio CEO colombiano contratado. Cada desacuerdo escalaba al padre, hasta que el externo renunció. Luis intentó fundar su propio negocio, Ricky acusó al consultor de sabotear las evaluaciones, y el ambiente se volvió insostenible.
Al final, tras la muerte del fundador en 2023, la familia tuvo que ordenar la casa con un fideicomiso que asegurara la gobernanza y limitara la operación de los herederos. Una lección dura, pero necesaria.
📌 En contraste, la historia de los Coppel muestra cómo se pueden construir mecanismos más sofisticados: rituales familiares, consejos que mezclan administración con familia y, sobre todo, reglas claras para que el negocio y los vínculos no se mezclen en cada junta.
La reflexión es sencilla, pero incómoda: los cambios de liderazgo no son solo cuestión de nombres.
Son sistemas que hay que diseñar, invertir y cuidar.
Hoy más que nunca, cuando las operaciones tiemblan con cada salida inesperada, el reto es preparar mandos medios que puedan subir sin que tiemble toda la organización. 🌱
Aquí puedes leer los contenidos pasados de Saludos Cordiales
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